CONSIDERACIONES ASISTENCIALES Y PREVENTIVAS
Coincidiendo con la legalización del juego en numerosos países, la Ludopatía ha experimentado un considerable aumento y se empieza a reconocer como un problema de salud pública de crecientes dimensiones. Las autoridades sanitarias se interesan por esta problemática que hasta ahora había quedado fuera de su ámbito de intervención y se empieza a plantear el conocimiento de su incidencia real en la población general y en subgrupos específicos de población (mujeres, adolescentes y minorías étnicas), así como a identificar los factores que contribuyen a su desarrollo.
La disponibilidad de los juegos de azar, la facilidad para acceder a ellos (internet, móviles…) y la publicidad que llega a todas las edades de la población indiscriminadamente son factores de riesgo que ha hecho que la conducta de juego se incremente y por lo tanto sean superiores los índices del desarrollo de este trastorno.
Los juegos con un intervalo menor entre la apuesta y el premio son los que tienen mayor capacidad adictiva. En este sentido, destacan las llamadas “máquinas tragaperras”, que constituyen el principal problema en países como España, donde su distribución es amplia y de fácil acceso a la población (ubicación en lugares públicos, como bares, cafeterías…). En frecuencia le siguen actualmente las Apuestas Deportivas (AADD) y los juegos online, con un incremento insospechado antes de que se pusieran en funcionamiento y fueran autorizadas por la administración, con el agravante de que estos tipos de juegos están enganchando a una población joven, tan joven en muchos casos no tienen ni la edad permitida para poder practicar los juegos de azar.
En nuestro país, los jugadores de bingos, casinos, salones de juego y juego online, pueden ayudarse, para dejar el juego, mediante los listados de prohibidos (de los que hablaremos más adelante en el apartado de autoprohbiciones) y del control de juego que establece la ley: solo pueden entrar los mayores de 18 años y se obliga a presentar el D.N.I.
Al igual que el juego presencial en los juegos online, también está prohibido el acceso a los menores de 18 años, pero todos sabemos que a través de internet saltarse esta prohibición todavía es sencillo.
A la vista de los datos que venimos recogiendo estos últimos años, parece evidente la necesidad de:
- Realizar campañas de prevención por parte de las autoridades competentes (Sanidad, Hacienda y Educación), dirigidas a la población en general, y con un esfuerzo adicional en aquellos grupos que presentan una mayor vulnerabilidad para el desarrollo del trastorno: JOVENES Y ADOLESCENTES.
- Conseguir un esfuerzo de todas las administraciones para suprimir la publicidad de las casas de apuestas de medios no controlados como Youtube, influenceres…
- En estas campañas se considera necesario:
- Prevenir el desarrollo del trastorno en las personas no afectadas.
- Informar sobre la naturaleza del trastorno, sus consecuencias y los factores de riesgo para su desarrollo.
- Intervenciones especialmente dirigidas a los más jóvenes, en las que los centros educativos y la actitud de los padres y madres ante el juego cobrarían un papel relevante.
- Identificar de forma precoz a los jugadores que presentan una conducta de juego problemática, para instaurar medidas preventivas específicas.
- Crear un clima propicio para el reconocimiento de los jugadores con trastorno por juego de apuestas existentes por parte de las personas más cercanas de su entorno con el objetivo de favorecer la recepción de tratamiento especializado lo antes posible.
En el marco de la prevención se han ido introduciendo modificaciones en la legislación sobre el juego para limitar la expansión de la enfermedad, medidas como suprimir el sonido musical de las máquinas tragaperras que actuaba como reclamo, poner carteles que previenen sobre la capacidad adictiva del juego o la creación a nivel nacional del sistema para autoprohibirse la entrada en bingos y casinos. A raíz de la pandemia del 2020 y el aumento significativo de la participación en juegos de azar, se reguló a través de un Real Decreto la publicidad en horario de madrugada, el patrocinio por parte de famosos y la promoción de la actividad del juego a través de envíos de bonos, entre otras medidas.
Es evidente que todas estas medidas se han tomado, pero también es evidente que resultan insuficientes tanto para prevenir el desarrollo del trastorno como para estar actualizados ante los nuevos tipos de juego tanto presenciales como online. Desde ARJA, atendemos cada vez más solicitudes de ayuda y observamos cómo estas son cada vez de un perfil más joven (llegando a la asociación menores de edad que juegan de forma presencial en las máquinas de bares sin vigilancia) y cómo el trastorno se desarrolla en menos tiempo debido a la inmediatez y la facilidad del acceso online.
Como ya hemos indicado, pero lo repetimos: Suprimir la publicidad y restringir el acceso a los menores es esencial.